viernes, 20 de julio de 2012

Bienvenida soledad... porque el vacío nos llena


Bienvenida sea la soledad. La soledad nos acompaña siempre, sólo que nos gusta esquivarla buscando a otras personas. Siempre está ahí, pero pocas veces la buscamos para aprender de ella.

No podremos estar tranquilos jamás hasta que podamos estar solos y en paz con nosotros mismos en soledad. Nunca seremos libres si no nos libramos de las cadenas de búsqueda de atención y consuelo externas.

No hablo de olvidar a los demás o repudiar su compañía, hablo de fortalecerse día a día para ser mejor persona, para crecer sobre nuestras propias limitaciones, para liberarnos de las cadenas que  están lastrando nuestra evolución.

En un camino muy duro y debe hacerse en soledad. Porque siempre estamos solos. Nacemos solos, crecemos solos, vivimos solos y nos morimos solos. Solos ante nuestra experiencia interna, ante nuestra construcción de este mundo en el que nos ha tocado vivir.


Para estar bien con la gente debemos librarnos de la gente. Es llegar al punto de tener mi mente llena y en paz. Porque si no consigo esto, estaré incompleto y trataré de que los demás llenen ese vacío... y eso no es bueno. Cuando no te necesite sabré que es cuando puedo conocerte realmente como eres, cuando podré quererte si lo mereces y podré dejar de hacerlo cuando proceda.

El vacío es lo que permite que un vaso contenga el líquido, que la cuchara recoja el alimento. Cultiva el vacío como medio de abrir tu mente y liberarte.

Es una de las batallas más duras de librar, pero es también una de las más importantes, el vacío es una de las pocas certezas de esta vida, diría que junto con la muerte, la más presente de todas.

Porque buscamos constantemente la manera de llenarnos y conseguir más y quizás lo que nos ayudaría más y mejor es cultivar el opuesto, vaciarnos, abandonar todo deseo y atadura, para así no necesitar nada y por ello, ser libres y disfrutar con lo que venga.

El vacío que propugno es el relativo al vacío de la mente cuando ésta está en paz, cuando podemos dejar la mente fluir y aceptar todo lo que venga. Es un estado muy similar al sueño, donde los límites de la mente están un tanto difusos.

El vacío debe cultivarse, es como una planta, requiere cuidados y atenciones. Con un bebé vemos claramente el estado de vacío. No el suyo, sino el nuestro, pues delante de ese bebé somos diferentes, puros, inocentes incluso.

Una persona que no puede estar sola y sacar algo bueno de ese estado corre peligro en la sociedad actual. Porque la sociedad actual trata de vender un falso estado de bienestar donde se equipara la imagen, la apariencia y la posesión de objetos materiales al desarrollo del individuo y esto no siempre otorga esa prometida felicidad.

Ahora es Ahora, no ayer, no mañana. No hay futuro, hay presente. No hay pasado, hay presente. No hay nada si cierro los ojos.

Si nada necesito, es entonces cuando puedo llegar a ti realmente. Si nada deseo, de nada carezco. Y el que de nada carece, lo tiene todo. Y porque nada pierde, todo posee. Porque nada extraña, acepta todo. El vacío es lo que permite que algo sea llenado.


Sólo cuando vayas hacia tu dolor serás libre. Sólo serás libre cuando comprendas. Sólo comprenderás cuando elijas. Sólo tendrás que elegir cuando tengas dudas. Sólo cuando veas que las dudas son la norma en este mundo, podrás tomar consciencia de que las normas las hacemos las personas y por ello se pueden cambiar. 

En ocasiones es necesario un apoyo para tener otras perspectivas, otros puntos de vista. No retrases pedir ayuda si consideras que no puedes solucionar algo solo/a. Todos necesitamos en algún momento de la vida algo de ayuda. El único problema es que se puede cambiar y eso a veces asusta. Pero sólo cuando vayas hacia el miedo serás libre... sólo serás libre cuando comprendas... sólo comprenderás cuando elijas... 

¡Salve sclave!

Aitor Jaén
Psicólogo, Terapeuta ocupacional
terapia2009@ya.com

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